Historia

El ateneo de montevideo se funda el 5 de setiembre de 1868 como resultado de la fusión del ateneo del uruguay y la sociedad universitaria. Estamos cumpliendo 145 años de labor en pro de la cultura y la educación.

En su estatuto, que data de 1936, firmado por eduardo acevedo, establece como fines fundamentales:”servir en un ambiente de absoluta libertad de espíritu el desarrollo de la cultura, favoreciendo su difusión mediante la libre discusión de todos los principios y tendencias, contribuyendo a la defensa de sus postulados, poniendo todos los medios legitimos a su alcance al servicio de las causas de la verdad y la justicia.

En su extensa trayectoria ha cumplido con diversos roles dentro de nuestra sociedad, fundamentalmente el que señalaba Prudencio Vázquez y Vega «los centros culturales y literarios de un pueblo son los focos de donde emanan los principios que deben gobernarlos basados en tres grandes ideas: libertad, civilización y progreso»

Antigua

El ateneo de montevideo cumplió con su rol cultural y educativo como universidad libre con sus cursos de estudios preparatorios, y una facultad de derecho, libre del sistema oficial del estado, libre de los cambios políticos y del dogmatismo religioso que imperaba en nuestra sociedad de fin de siglo XIX.

En materia educativa, conjuntamente con la sociedad de amigos de la educación popular propició la reforma educativa escolar, destacándose la figura de José Pedro Varela uno de los fundadores del Ateneo de Montevideo.

Mediante Pedro Figari y Carlos Vaz Ferreira (presidentes ambos de la institución) se proyectó también en otras áreas educativas.

El Ateneo de Montevideo reunió a lo largo del tiempo las mentes más brillantes de cada época: a los ya nombrados podemos agregar a José Batlle y ordoñez, Joaquín Torres García, José Enrique Rodó, Emilio Frugoni, Elías Regules, entre tantos otros. Y mujeres como las hermanas Luisi, Paulina y Luisa que fueron precursoras de la liberación femenina.

La actual junta directiva tiene como desafío fundamental el mantener el legado material y espiritual que dejaron nuestros antecesores, y desarrollarlo y proyectarlo para que sea una plataforma cultural de toda la sociedad.